Dra. Betty Giselle Arteaga – M.N. 112049 – M.P. 332301
Jefa Baja Visión, Servicio de Oftalmología. Profesora Departamento de Clínica
Quirúrgica del Instituto Universitario.
Hospital Italiano de Buenos Aires.
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La visión es un proceso complejo que requiere de la integridad de las múltiples estructuras que componen la vía visual. Este camino comienza en los ojos, encargados de captar la escena y transformar esta información a través de neuronas super especializadas de la retina llamadas fotorreceptores. Ellos comunican esa información al cerebro quien finalmente nos permite ver nuestro entorno.

Las células fotorreceptoras, bastones y conos son la clave de la visión y se encuentran en la retina. Los bastones se encargan de la luz tenue y la visión periférica, y los conos de la luz más brillante, el color y la visión de alta definición. Las células de la retina y el cerebro se comunican a través de conexiones llamadas sinapsis.

Cuando estos fotorreceptores de la retina se encuentran enfermos, como ocurre en múltiples enfermedades de la retina como la degeneración macular relacionada con la edad y la retinitis pigmentaria entre otras, se produce una discapacidad visual severa que lleva a un deterioro importante de la calidad de vida de la persona.

Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, lograron que células retinianas cultivadas a partir de células madre puedan comunicarse y conectarse con sus vecinas, según una nueva investigación publicada recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). La sinapsis obtenida es un avance crucial para que las células puedan utilizarse en ensayos en humanos con trastornos oculares degenerativos.

Los especialistas crearon los organoides retinianos (RO) derivados de células madre pluripotentes humanas (hPSC), que tienen la capacidad de formar todas las células del cuerpo. El objetivo final es  utilizar las células de estos organoides o “retinas de laboratorio” como “piezas de repuesto” para los mismos tipos de células que se han perdido en el curso de las enfermedades de la retina y otras patologías oculares.

Según una nota de prensa, el grupo de investigadores liderado por David M. Gamm ya había podido comprobar que la variedad de células de la retina cultivadas, llamadas fotorreceptores, respondían como las existentes en una retina sana a diferentes longitudes de onda e intensidades de luz. Y que una vez que se separaban de las células adyacentes en su organoide, podían conectarse con sus vecinas y crear “cordones biológicos” llamados axones.

Pero el camino hasta lograr que estas retinas cultivadas puedan ser probadas en humanos es largo y complejo. Un próximo paso crucial será verificar que las células fotorreceptoras, conectadas mediante axones, tengan la capacidad de integrarse con otros tipos de células de la retina y comunicarse, estableciendo una sinapsis. Las sinapsis posibilitan la conexión entre nuestras neuronas, un requisito indispensable para que los impulsos nerviosos viajen a través de “autopistas” de redes neuronales. Sin ellas el cerebro humano estaría “desconectado” del resto del cuerpo.

Lo novedoso del estudio fue que los científicos pudieron demostrar la presencia de conexiones sinápticas, colocando a estas retinas de laboratorio a un paso de poder ser probadas directamente en seres humanos.

El análisis del experimento permitió descubrir además que los tipos de células retinianas más comunes que forman sinapsis son los fotorreceptores, bastones y conos, que se pierden en enfermedades como la retinosis pigmentaria y la degeneración macular relacionada con la edad, al igual que en ciertas lesiones oculares. El siguiente tipo de célula más común en formar sinapsis, las células ganglionares de la retina, se degeneran en trastornos del nervio óptico como el glaucoma. En consecuencia, este avance revolucionario podría hacer frente a las principales causas de ceguera a nivel mundial.

Referencia
Re-formation of synaptic connectivity in dissociated human stem cell-derived retinal organoid cultures. David M. Gamm, Allison L. Ludwig et al. PNAS (2022). DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.2213418120